domingo, 21 de enero de 2007

Ribes de Freser

Giuglio.
Hoy hace mucho calor.
En el piso de arriba de todo, donde está mi habitación, era horrible y me he bajado a la entrada porque siempre mantiene el frescor.
Parece que corre el aire entre la yerba y mueve las hojas, y éstas se sacuden al sol para aliviarse.

AGOSTO.
Hoy, en cambio, llovía.
El cielo gris oscuro oculta el estruendo de los truenos cuando los de arriba cambian los muebles de sitio. Y no tengo acceso a comprobarlo.
Afuera llovió y la tierra está mojada y caen gotas de las hojas de los árboles. Todo vuelve a ser verde, fresco, húmedo otra vez.
Puede ser que el cielo olvide su color gris y obscuro y pierda su tristeza.
Y volverá a hacer mucho calor cuando haya acabado de escribirte.

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