Chain Of Fools, de Aretha Franklin.
Descubrimos que era posible hacer otras cosas que jugar a coches por la era.
En las golfas empezó una pasión musical que no ha muerto. Versionamos temas soul, rock´n´roll; con la vieja guitarra y unos cubos. Sampleando con un cassette de Mima. Monoaural, claro.
Sittin´ in The Dock Of The Bay. Ottis Redding.
Mirando la lluvia a través de las ventanas del piso de arriba. Desgastábamos el tocadiscos con elepés deteriorados por el uso, una y mil veces. Discos que enraizaron en nuestro interior y que nadie más escuchaba.
Alone Again. Gilbert O´Sullivan.
Tía Lulú daba la brasa y nosotros nos íbamos "de misión". A Coma, por los caminos, a pegar tiros con la escopeta de balines a los soldaditos de plástico, a los Madelmans desmembrados. Incluso a los nuevos sustitutos Geyperman: pelo cortado a cepillo, barba. Muchas tardes llovía, ¿te acuerdas?.
Confusione y Lucio Battisti.
No sé bien cuándo dejamos de ir a la piscina de Ripoll, ni cuantos 2CV6 tuvieron los Avis. Ni la de veces que tuvimos que subir a por leche -llena de nata- a Cal Sineu. Alguna tarde inesperada aparecía el Dyane6 con Xavier Robiró, Tía Mercedes, Tuñi. Entonces ya no podía pasar nada malo.
2 comentarios:
Hola Stu. Soy Mia. Qué lindo saber que todavía hay adultos que miman a su niño interior:)Y encima con música!
Bienvenida, Mia! Eso es que te gustó? Ven a menudo y gracias por tu nota!
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