viernes, 26 de enero de 2007

barcelona, 14 de julio de 1985

Todos estos días me estoy aburriendo mucho; por las mañanas tengo sueño, me duele todo. Por las noches me muero de calor, todo se hace pegajoso.
Sólo hay tiempo para sentarse y leer. Pero no hago nada. Casi todo el día lo paso con mi padre: levantarle, sentarle, pasear con él, acostarle de nuevo; y los tres hacemos lo mismo.
En ratos perdidos por el calor salgo a la terraza, me pego una ducha con la manguera y percibo cómo el suelo me quema los pies hasta que se refresca.
Por un patio oigo cómo un gallo canturrea cada día. Nadie parece hacerle caso. Apenas se ve.
Ayer domingo desayunaba sentado bajo la ventana de la cocina. Pensaba en un día como aquel, años atrás. Ese día subimos unos cuantos al Puigmal, hasta arriba.
Cuando bajábamos desde la cara norte vimos pasar 2 alas delta surcando un cielo azul salvaje.
Me quedé mirándolos hasta que ya no pude verlos más.
La cosa es que he tenido la sensación de que eso pasó un día como ayer.

Mi habitación está hecha una porquería. Todo desordenado y papeles y libros y ropa y zapatos y etc por el suelo. Lleva así semanas, desde que empezó el calor.
Es posible que termine el verano igual que antes, sin que nadie lo advierta. Y seguirá todo hecho un desastre.
Hacer planes no sirve, porque al final todo es diferente o surge algo nuevo. Carpe Diem.
Mi hermana mayor estuvo en Ribas ayer y volvió esta tarde. Y qué?
Noto que todo el mundo se ha ido de vacaciones muy lejos. ¿Será verdad?Tal vez nos llegue un telegrama. Estamos desesperados.
Dormimos poco y mal, necesito telefonear, si pudiera irme..
¿por qué me aplasté el dedo el otro día?, ¿por qué fueron a buscarme y yo no me enteré?
Últimamente estar en casa me constipa.

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