domingo, 10 de agosto de 2008

Correspondencia veraniega


Cuando uno es quinceañero -y durante unos años más- vive pendiente de los otros; la comunicación de cualquier tipo es esencial, vital.
Y -por lo menos antes- las cartas servían para decir cosas que se temía hacer en persona, por vergüenza, miedo, orgullo...
Todos nos hemos servidos a nosotros mismos de un "otro yo" que escribió cartas de amor, que sedujo, que fue héroe.
Hoy internet y los portátiles nos facilitan y trivializan todo esto.
Aquí estoy yo desde las cercanías de Málaga para dar fe de ello y remitiros mis saludos más entrañables o lo que sea menester.

1 comentario:

Bavarovich dijo...

que verdad mas grande has escrito! uno cuando quinceañero tiene esa inocencia, esa vrgüenza de decir cosas, que solo una carta seria capaz, cuantas veces escribi cartas de amor, aunque la mayoria no fueron enviadas hahaha, incluso hoy.

Siempre escribir es mas personal, internet es un medio demasiado vacio para comunicarle algo a alguien, pero lamentablemente estamos "evolucionando".

Saludos :*